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Leer es mucho más que descifrar el código de veintitantas letras que nos ha tocado aprender desde pequeños. Conforme vamos perfeccionando nuestra habilidad incorporamos varios mecanismos y conocimientos que nos hacen la lectura fascinante u odiosa, que nos permiten alcanzar nuevos pensamientos o descubrir mundos enteros, entender emociones y conocernos mejor a nosotros mismos.
Para ello, saber leer no puede limitarse a dominar un conjunto de reglas gramaticales. Y, por lo tanto, aprender y enseñar a leer deben incluir aspectos sociales y culturales y reunir las herramientas contemporáneas que permiten compartir esa lectura.
El lector competente que todo profesor procura formar en sus alumnos debe saber elegir, interpretar, consultar, publicar, difundir y participar en la lectura. Un reto nada fácil que en este curso hemos intentado abordar.
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En primer lugar, partí de una reflexión sobre cuáles son las dificultades de ese proceso de formación de lectores. Mis reflexiones fueron estas.
A partir de ella se nos fueron presentando "Buenas prácticas lectoras". Fui recogiendo aquellas que más me interesaron para reunirlas en un tablero que me sirviera para resumir lo productivo del curso. El tablero puede consultarse en el siguiente enlace.
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Descendiendo al desempeño concreto como profesor, planteé un Acuerdo lector para el centro educativo que reuniera ejemplos de esas buenas prácticas y actividades interesantes para desarrollar el fomento de la lectura en los ámbitos más variados posibles. Aparece resumido en esta infografía:
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Posteriormente, en grupo, trabajamos tanto el acuerdo lector como una propuesta para guiar a los lectores/alumnos a la hora de plantarse ante una lectura. El resultado es una serie de consejos que resumimos en esta presentación:
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El siguiente paso fue elaborar una actividad que pusiera en práctica diferentes maneras de acercarse a la lectura utilizando los medios digitales. Elegí un tema de literatura para 2º de ESO: la narrativa, del que ya tenía elaborados algunos materiales, e intenté utilizar algunas sugerencias extraídas de los contenidos del curso. La planificación de las actividades queda reflejada en este documento:
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Además, el curso ayuda a entender la importancia que, relacionada con la lectura, tiene siempre la investigación. Es decir, el buen investigador ha de ser por necesidad un buen lector, alguien capaz de distinguir sentidos, discriminar fuentes y aportar opiniones críticas y fundadas.
Como tema de investigación pensé en un próximo tema a tratar en 4º de ESO: la publicidad. Es un tema que creo atractivo, abierto y con muchas implicaciones con su mundo más cercano. Para animar a los alumnos a desarrollar su investigación en grupo sobre el tema, diseñé esta presentación:
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Para desarrollar esos trabajos, se proponen unos requisitos imprescindibles para poder ser considerado un buen investigador. Basándose en documentos disponibles en CEDRO, mi propia versión, apta para alumnado de 4º de ESO y Bachillerato, es esta:
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Visto globalmente, el curso me ha permitido un acercamiento progresivo a nuevas ideas sobre el fomento de la lectura y a técnicas de compartir y difundir la lectura que apenas conocía. Me interesaba particularmente el último bloque, precisamente para tener una mejor idea de cómo proponer trabajos a mis alumnos. En este sentido, el curso ha cubierto mis expectativas, ofreciéndome materiales muy valiosos y ayudándome a elaborar los míos propios.
Ha resultado más costosa la parte del curso que requería trabajar en equipo. Fue más difícil porque en mi grupo quedamos finalmente solo dos personas y coordinarse a distancia no es fácil. Aun así, el trabajo ha merecido la pena.
